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VIAJE A MACONDO

Pienso que…sin pensármelo dos veces, me meto en una maleta, con mi familia y amigos, y nos autofacturamos con destino a Macondo.

Bienvenidos a Macondo

Macondo sí, como ustedes saben, el territorio ficticio creado por el gran Gabriel García Márquez: unas lindes a la rivera de un río, donde todas las casas acceden a él y el sol se reparte en cuotas alícuotas.

Porque, madre mía, como está el patio por mi barrio.

En Cataluña, donde resido, se ha decidido aprobar unos presupuestos antes de convocar elecciones. Pero vamos a ver, ¿los presupuestos no son la principal herramienta que tiene el gobierno que gobierna, para llevar a cabo sus propuestas económicas y sociales?

Entonces… vamos a aprobar unos presupuestos, para que, en el hipotético caso de que tras las elecciones, la gobernabilidad quede en manos de colores diferentes, sean estos los que acaben pintando un cuadro sobre el lienzo de aquel.

Esto es broma, ¿no? Con todo el respeto que me merece el cargo de President, no comparto la decisión que ha tomado.

Así que…cuando escuché la buena nueva pensé: sabes qué, que aprovechando que últimamente nos cuesta ubicar el norte ( o tenemos diferentes) y, siendo, como es, año olímpico, me voy a ver las Olimpiadas de Tokio. Sí, ya sé que aún no han empezado, pero mejor, así llego con tiempo y puedo elegir el mejor asiento.

Pero luego me di cuenta, de que los Juegos Olímpicos están en la cuerda floja, parece ser, a raíz del coronavirus de las narices.

Mis mayores condolencias a todos los afectados.

Personalmente sí confío en los chinos, en los chinos de bien, como en el resto de personas de bien también, quiero decir.

Y… siendo una economía, la China, de corte megagresivaliberal ( comandada por el Partido Comunista; una muestra más de lo guasones que nos hemos vuelto los terrícolas últimamente), pues imagino que pondrán toda la carne en el asador (que espero no sea de pangolín) para terminar con este virus cuanto antes y salvar a sus ciudadanos, además de pedirles que sanen rápido, para volver a ponerlos a trabajar a destajo, evitando dejar sin mercancias sus megatiendas.

Sí, ya saben, esas tiendas donde, en el reinado de las pesetas, íbamos a comprar esperando que nadie nos viera y ahora entramos y salimos de ellas como si fuéramos Yuanes accionistas visitando cómo va nuestro negocio.

Bueno, pues nada, volviendo a lo de antes, tendré que esperar; o sea… que tampoco me puedo ir a disfrutar de las Olimpiadas, al Japón de mis amores.

Ya lo tengo: me voy a un país muy serio: a los UK (El Reino Unido, ¿unido?, venga otra guasa más como la de antes).

Pero claro, ahora que pienso, como llegue pasado mañana y, al llegar al control del aeropuerto, me encuentre con un colega de Johnson (que espero no sea de peluquería), y me pregunte:

– ¿De dónde proceden ustedes? ( mirándonos a todos de arriba abajo y hablándonos en inglés claro, o en castellano con voz alta que para nosotros es lo mismo)

Y yo, como representante de mi tribu, le responda, orgulloso:

– De un país también serio y miembro de la Unión Europea, Míster… (también gritando para que me entienda,e intentando controlarme para no soltarle un Viva Europa; y no por ser un acérrimo europeísta, que también, sino por ser un declarado negacionista a terminar cosiendo camisetitas a destajo, en un par de lustros, como no nos agarremos con fuerza al flotador europeo).

Y él, el Johnson’s colega, me mirará de nuevo de arriba abajo antes de explicarme que los /iunaitid kindom/ han dejado de ser un país de acogida de refugiados.

– ¡¿De acogida de refugiados?!, Será posible… ( le responderé antes de soltarle, ahora sí, un: Viva Europa, con un par de cuerdas vocales de barítono desmelenado).

¡Joder, como está el patio!

Bueno pues, no sé…. ¿al final entonces, a dónde marcho con los míos?

Y entonces… como casi siempre, la solución la encuentro en la literatura: a Macondo.

Sí, nos vamos a Macondo con un vuelo de la compañía Ítaca.

Y ya, sobre un confortable asiento de Ítaca, con todos los míos acompañándome, me viene a la cabeza la frase del célebre escritor norteamericano (fallecido antes de la llegada al poder de Trump; tú dile tonto) Tom Clancy:

¿La diferencia entre realidad y ficción? La ficción tiene mayor sentido.

En fin…que ya les diré qué tal nos va por allí.

Espero que bien, porque mi intención es la de permanecer allí hasta hacer compañía a Melquiades (ya saben, el muerto que provocó la construcción del cementerio del idílico lugar de Márquez)

¿ Y tú, qué piensas?

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