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Ley vs Espíritu de la ley

Pienso que… los que hemos quemado unas cuantas horas de nuestra vida memorizando tochos de leyes, una de las pocas cosas que recordamos, o al menos recuerdo, es la diferencia entre la ley y el espíritu de la ley.

La ley dice lo que dice a tenor del significado de sus palabras. No hay vuelta de hoja.

En el caso en concreto al que me refiero, si el contrato del jugador Messi del F.C.Barcelona estipula que tenía una opción unilateral de desvinculación contractual hasta el día 10 de junio, pues eso, tan simple como que el día 10 de junio ya es historia, y por tanto, al jugador le queda un año de contrato o la opción de que un acaudalado mecenas pague la clausula pecuniaria de 700 millones que cuesta la desvinculación con su actual club. Ese argumento va a ser el que eche humo por parte de la abogacía del F.C.Barcelona.

Pero…el espíritu de la ley, es otra cosa. Y ahí es donde van a hacerse fuerte los abogados del jugador, puesto que si lo importante no es la fecha en sí ( 10 de junio) sino los diez días de reflexión que el contrato le concede al jugador, una vez finalizada la temporada, para decidir si quiere prorrogar o no su relación laboral con el club, habrá que entender que se entiende por temporada. Y si por temporada se entiende el último día de competición oficial ( que en este curso a raíz del Covid,  ha sido el 23 del 08 con el 2 a 8 contra el Bayern), entonces la decisión del jugador estaría dentro del plazo concedido para poder desvincularse del contrato de forma unilateral.

En definitiva, que hay movida para rato.

Dejándome ahora llevar por el vaticinio que pronostiqué con el cambio del Sr. Valverde por el Sr. Setién ( escrito en un Pienso que…titulado: La importancia del saber estar,  que tienes disponible en el apartado: Pienso que…/ Sociedad, de la web, si te interesa leerlo ) voy a compartir algunos escenarios posibles ( intentando no venirme arriba más de la cuenta):

a) Al final el litigio puede terminar en un desenlace intermedio del tipo aceptar una clausula de rescisión por una cantidad de millones considerable ( 200 millones, decena más, decena menos) que permita a los directivos del club justificar la salida del jugador más importante de la historia, sin salir con los bolsillos vacíos, y al jugador darse la oportunidad de poder volver a sonreír lejos del Camp Nou.

b) Que Piqué, dé ya su segundo discurso. El primero, para mí, lo dio tras la triste derrota 2 a 8 contra el Bayern. Personalmente no escuché a un jugador que estima su club, muy dolido, que también, sino que me pareció escuchar el primer discurso de un futuro presidente utilizando unas palabras de humildad y cercanía muy aconsejables para meterse en el bolsillo a la parroquia culé.  Así que si Bartomeu dimite ipso facto y Piqué se postula hoy mismo como candidato a la presidencia, tal vez Messi diga aquello de…donde dije digo, digo Diego.

Seguro que hay más opciones, como la de que el club lo deje marchar a coste cero y el presidente dimita hoy mismo, pero he preferido explicar dos de ellas, por si acaso.

No me gustaría terminar este Pienso que…sin compartir dos últimas reflexiones, a tenor de algunas opiniones que he escuchado las últimas horas:

1ra) Con la marcha de Messi, como ocurrió y personalmente lamenté aún siendo aficionado al Barcelona, con la de Cristiano Ronaldo, y ocurriría con la de Ramos, Koke, Lopetegui y tantos otros buenos jugadores y entrenadores, de la liga española, es precisamente ésta, La Liga, la que más sale perdiendo a todos los niveles ( deportivo, comercial, publicitario…)

La Liga necesita contar con grandes jugadores y entrenadores en sus carteles de promoción, ya sean nacionales, extranjeros o llegados de un planeta interestelar, para contentar a la FIFA y a la UEFA, principalmente, y hacerse con un trozo de pastel tan o más grande que el ofrecido a la Premier, la Serie A, ( sin olvidar Bundesliga o el ascenso probable de la Ligue 1)

2da) Y por último, un consejo: no intenten ustedes entender el fútbol con la vara de medir de la vida diaria de los mortales, porque podrían volverse locos. Aquí va un ejemplo: imagínense que un excelente Director Comercial, que cobra anualmente unos 50 millones de euros, en su último año no ha conseguido ninguno de sus objetivos ( a diferencia de todos los años anteriores donde ha brillado con creces); que además su equipo de colaboradores lo adora ( dentro y fuera de los despachos), y su clientela lo idolatra ( demostrándoselo cada vez que puede); y que, además, el nuevo CEO que ha contratado el Comité de Dirección de la compañía, llega diciendo que para él, la empresa cuenta con los servicios del mejor Director Comercial del mundo. ¿Se imaginan, entonces que, en este hipotético escenario, el Director Comercial decida marcharse de la empresa?
Sí, claro, todo el mundo tiene la libertad de hacer con su vida lo que quiera, pero también hay que saber valorar lo que uno tiene, no vaya a ser que el cabreo o las lágrimas del momento o incluso el brillo de unos trofeos tan hipotéticos como lejanos, no dejen ver la grandiosidad de las torres de la Sagrada Familia.

Es por eso que les recomendaba no analizar el fútbol con parámetros de la vida corriente. Esa vida corriente donde los ERTE, el Coronavirus o el paro, no son nombres de grandes jugadores sino verdaderos dolores de cabeza, lamentablemente, de los comunes mortales entre los que me encuentro.

Señoría, no haré más preguntas, ni comentarios.

¿Y tú, qué piensas?

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