Pienso que…estamos en primavera y lo parece, y por ello me reservo un instante del día para afirmarlo. Y el de hoy, adentrándome en un jardín literario que no me pertenece, lo hago recordando a la abuela poeta que un día tuve, y tendré mientras recuerde, con respeto y admiración a su elegante pluma.
Os comparto dos breves poesías: una fue escrita por el gran de la Vega, Garcilaso; la otra por un escritor en ciernes.
Ambas tienen algo en común: Carpe Diem.
Soneto XXIII
En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende al corazón y lo refrena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena;
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.
Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera,
por no hacer mudanza en su costumbre.
Es primavera y lo parece
Es primavera y lo parece, lo dice el sol y el aroma del campo y el color de los pétalos de días largos, largos, largos.
Es primavera y lo parece, y el destello cegador de una corona amenazante empieza a perder brillo entre pasillos verdes de palacio.
Es primavera y lo parece, y aunque las ganas de gritar fin, de ser son a diario, la batalla aún golpea escudos de una guardia en alto.
Es primavera y lo parece, ¡no dejes que un viral número, sea este corto o largo, esconda a la estación la alegría que te ofrece!
Es primavera y lo parece, y quiero creer que el actual instante, que perecer no parece, será mañana el recuerdo de un ayer lejano.
Es primavera y lo parece, y el tiempo avanza lento y rápido, como siempre, aunque el amor enamorado pretenda lo contrario.
Es primavera y lo parece, y si lo crees también tú… ¡vívelo y hazlo vivir a diario!
¿Y tú, qué piensas?
