Pienso que…habrá que mirar al futuro de frente y sin miedo a nada. Y decirle que queremos verlo vestido verde esperanza. Y abrazarlo lentamente hasta apresarlo con fuerza para gritarle al oído que la broma no se acepta.
Y olvidarnos del presente abandonándolo en la memoria, hasta que no broten emociones alrededor de su historia. Salvo el recuerdo de aquellos, los menos afortunados, arrastrados de la corona de un final solitario. A ellos máximo el respeto y el mejor de los deseos; si existe ese mundo eterno que sean ellos los primeros.
Alzar toca los ojos hasta ver el horizonte, y descubrir el mar del norte que ilumine nuestras huellas. Y caminar paso a paso, saboreando las huellas, no vaya a ser que caigamos, de nuevo sin darnos cuenta, en un futuro pasado que olvidar aún nos cuesta.
Y ese círculo de estrellas, esa Europa que aún hoy danza y otrora fue la gran diosa de unas lindes sin fronteras, demuestre con humildad certera que la experiencia es un grado, y sepa mostrar el sendero llevándonos de la mano.
Ya no sirven los atajos, y la mediocridad no se lleva; esa que invierte millones en misiles pandereta sin saber defender al mundo de un enemigo probeta. Se acabó el tiempo de burócratas gestores, del senado de medio pelo, pues el mundo es una empresa: una multinacional gigante, y siendo así que lo parece, llegó la hora del liderazgo: de saber quien de verdad gobierna el reino de los mortales, para exigirle que hunda las riendas en los valores humanos y haga de nuestra esfera un mundo más solidario.
¿Y tú, qué piensas?
