Las vivencias agradables no son fáciles de convertir en recuerdo, gracias a la frecuencia con que están presente en el pensamiento de quien ha tenido el privilegio de vivirlas en primera persona.
La presentación de Sombras de niebla, rodeado de personas tan amables y cercanas como los vecinos de San Silvestre de Guzmán, que he tenido el placer de conocer, formará parte de mis agradables vivencias.
Que San Silvestre de Guzmán sea el lugar geográfico protagonista de Sombras de niebla, fue en parte, fruto del azar; pero que el azar haya sido tan acertado solo ha podido ser fruto de la suerte. De esa suerte que de vez en cuando ayuda al escritor a escoger el lugar propicio donde desarrollar su historia.
Gracias al recibimiento del Alcalde José Alberto, y de la anterior Alcaldesa Pepi, por el trato que nos dispensaron y lo atentos que estuvieron en todo momento, cuidando al máximo hasta el mínimo detalle; demostrando en todo momento la calidad humana que los describe como dos Personas en mayúsculas.
Gracias también a Chan (Sebas como yo acostumbro a llamarlo), por todo el conocimiento que compartió conmigo siempre con un timbre alegre en su voz y la buena predisposición de esos grandes historiadores que disfrutan explicando las costumbres de sus raíces.
Gracias a todas y a todos los sansilvestreros que acudieron a la presentación; recuerdo el nombre de bastantes de ellos, pero no quiero dejar a ninguno en el anonimato, porque todos y cada uno de ellos me hicieron sentirme como en casa. Por ello, regresaré a este precioso pueblo onubense, con el suficiente tiempo para escribir el nombre de todas las personas con las que tuve el placer de compartir una tarde inolvidable.
Amig@s sansilvestrer@s, un fuerte abrazo a tod@s, y…hasta muy pronto.
